Sinopsis
El Océano al final del camino, de Neil Gaiman, autor
de otros libros de la narrativa extranjera como American Gods o Los hijos de
Anansi, es una novela sobre el recuerdo, la magia y la supervivencia; sobre el
poder de los cuentos y la oscuridad que hay dentro de cada uno de nosotros.
Gaiman es el único autor que ha ganado los cuatro premios más importantes de
literatura fantástica: Hugo, Nebula, Stoker y Locus. Lo que en un principio iba
a convertirse en una historia corta, Gaiman lo transformó en una novela en toda
su extensión, su primera obra para adultos desde Los hijos de Anansi.
En El
océano al final del camino, la imaginación es la principal baza, como en toda
la obra de Neil Gaiman, personificada en un niño de siete años que descubre sin
quererlo el secreto sobrenatural de una familia vecina.
Reseña
George
tiene siete años y una prodigiosa imaginación, fruto no solo de su edad, sino
también de su pasión por la lectura (me
encantaba leer, pág. 22) y de su dificultad para relacionarse con los demás
niños (tardaba en hacer amigos, cuando
los hacía, pág. 23).
No es
difícil, pues, imaginar que, para el
joven protagonista de esta historia la realidad en la que vive, plagada de
monstruos y misiones imposibles, difiere considerablemente de aquella en la que
viven los adultos. No nos va a contar la realidad tal cómo es, sino tal como él
la vive, pues a su edad los límites entre realidad y ficción son tan tenues que
resulta difícil saber dónde termina una
y dónde comienza otra.
Una
serie de circunstancias, en las que el dinero será el protagonista,
desencadenarán una lucha entre las fuerzas del bien, representadas por el
propio George, su amiga, Lettie Hempstock, y la madre y la abuela de esta, y
las del mal, encarnadas por una multitud de monstruos entre los que destaca Úrsula
Monkton.
El joven protagonista se siente culpable de la
presencia de ese monstruo, Monkton estaba
allí por mi culpa (pág. 80), Fui yo
quien la trajo (pág. 137) y por ello cree que es su obligación mandarlo de
vuelta a su mundo, pues debe librar a su familia, en especial a su padre, era un monstruo y él pensaba que era una
mujer normal(pág. 95) de las garras de semejante engendro.
Junto a
su amiga,luchará por salvar al mundo de Úrsula Monkton. Su misión es lograr que los adultos comprendan quién es en
realidad la que se está haciendo pasar por niñera. No lo tendrán fácil, pues
los mayores están dominados por Monkton y es difícil hacerles comprender qué es
lo que realmente ocurre, pero su esfuerzo y valentía darán sus frutos.
La
novela, al presentar la historia desde el punto de vista de un niño, nos
retrotrae a nuestra infancia y nos recuerda aquel mundo que todos habitamos
alguna vez.
Por descontado, existe una explicación lógica,
coherente desde el punto de vista adulto si se prefiere, para todo cuanto le
acontece al joven protagonista, que el autor va diseminando, de manera magistral,
a lo largo del relato. Así, una lectura atenta nos permite comprender qué es lo
que realmente está ocurriendo, qué es lo que motiva en realidad el miedo del
niño; tal vez perder ese mundo en el que ha crecido y que ahora se desmorona,
tal vez el enfrentarse por primera vez a la muerte.
Decía
un conocido psicoanalista que, en realidad, solo tenemos miedo a una cosa: al
paso del tiempo. No podemos luchar contra ello, pero podemos “crear” monstruos
contra los que sí podemos luchar. Al vencerlos, en cierto modo, vencemos
también ese miedo primigenio.
George
convierte sus miedos infantiles (simbolizados en la pesadilla en la que el dinero
juega un papel esencial), contra los que no puede luchar, en una serie de
monstruos con los que sí puede enfrentarse. Si logra vencerlos, logrará vencer
lo que quizá sea el uno de los principales temores infantiles: perder el afecto
de sus padres.
(Reseña hecha por Rut)
Si no os importa, comparto este blog y esta reseña en mi blog, me parece muy interesante y me gustaría que más gente llegara hasta aquí.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias. Mientras nombres la fuente puedes publicarlo donde quieras.
EliminarUn saludo.