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27 ene 2015

Reseña: Toda la verdad sobre las mentiras de Jose Antonio Palomares


Gracias a la editorial por el ejemplar.



Sinopsis:

En el Madrid de principios de los años 80, una familia de clase media- baja trata de llevar una vida normal a pesar de sus dificultades económicas. TODA LA VERDAD SOBRE LAS MENTIRAS es la historia nostálgica, cómica y tierna de esa familia vista a través de los ojos del hijo mayor.

Recuerdo las cosas más curiosas de mi infancia a principios de los ochenta. No me preguntes por los afluentes más importantes de la Península, ni por las ecuaciones de segundo grado, ni por las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. En cambio, recuerdo el intenso sabor del ColaJet de limón, la rugosidad de las costras en mis rodillas, la barriga de John Wayne en los westerns de Primera Sesión, la ansiedad por conseguir chapas que no estuvieran dobladas o la alegría de ver a Santillana marcar un gol. Recuerdo la manera exacta en que el aliento de mi padre olía a Soberano; y la frase favorita de mi madre: "¿Te crees que soy el bancospaña?". Recuerdo que la felicidad era el primer mordisco del dónut en el recreo de las once. Quizá recuerdo todas esas cosas porque están entrelazadas con el momento en el que descubrí por fin toda la verdad sobre las mentiras de mi familia.

Yo debía de tener once años, o quizá diez, o quizá doce, el día en que papá vendó teatralmente los ojos de mamá con un paño de cocina y la condujo a ciegas al salón...

Reseña:

Cuando supe de este libro me imagine que iba a ser algo totalmente distinto a lo que es. Pensaba en una recopilación de anécdotas y recuerdos de cosas que todos hemos vivido en la infancia. Pero no.

El protagonista, de unos 10 años, nos cuenta el día a día de una familia media-baja en los 80.  La vida vista a través de los ojos de un niño. Esa inocencia y candidez se ve reflejada en cada frase.

Todo comienza con un acontecimiento único, el cambio de la tele en blanco y negro a una tele en color, donde se pueden cambiar los canales apretando un botón del mando a distancia. Pero lo que parece algo feliz lleno de color, se va tornando en oscuridad. Mentiras hiladas, tapadas pero de las que el niño se va dando cuenta, haciéndole madurar a pasos agigantados. Es bonito ver como intenta proteger a su hermano pequeño y como aprende que “no es oro todo lo que reluce”. Los primeros amigos del cole, la primera “novia”, las primeras decepciones: Esos primeros pasos en la vida.

La narración es amena, con toques de humor y situaciones que en algún momento todos hemos vivido. Quien no ha jugado a las canicas o a la peonza en el recreo. O a quien su madre no le ha dicho que al zumo se le van las vitaminas si no se toma rápido.

Quizás, por haber nacido a finales de los 80 hay cosas que se me escapan (¿Qué es la Mirinda?) pero eso no me ha impedido disfrutarla, reírme y añorar ciertas situaciones.


Una novela tierna, divertida y con un puntito de dureza.
Un libro que “no se hace bola”

25 ene 2015

¡Sorpresa! Nueva edicion de @BloodyNightCon


Se ha anunciado una nueva edición para la Bloody Night Con en el 2016:
- Barcelona: 14 y 15 de Mayo de 2016
- Bruselas: 21 y 22 de Mayo de 2016


Si os gusta The Vampire Diaries y The Originals no os lo perdáis. Y si no podeis esperar hasta el año que viene, aun podéis comprar los pases para las convenciones de este año.




21 ene 2015

Reseña: El vino de la soledad, de Irene Nemirovsky


Sinopsis

Descrita como la novela más personal y autobiográfica de Irène Némirovsky, El vino de la soledad, recrea el destino de una adinerada familia rusa refugiada en París, y describe la venganza de una joven contra su madre. Con una mirada inteligente y ácida, la novela sigue  a la pequeña Elena de los ocho años a la mayoría de edad, desde Ucrania hasta San Petersburgo, Finlandia y finalmente París, donde la familia se instala tras el estallido de la revolución rusa, en un recorrido paralelo al que realizó la propia Némirovsky. La madre de Elena, una mujer bella y frívola de origen noble, desprecia a su marido, un potentado judío, y a su hija. Cuando esta se convierte en una joven hermosa y descubre que atrae al amante de su madre, comprende que ha llegado el momento de vengarse.

Reseña 

“Le gustaban los libros y el estudio, como a otros el vino, porque ayuda a olvidar” (pág. 78)

Algunos libros no se leen, se catan. Se perciben con la vista del intelecto, se inhala el aroma de su lenguaje y se paladea el sabor que dejan en nuestra alma.

Lo primero, antes de comenzar esta degustación literaria, es encontrar un lugar apropiado, un lugar que nos permita evadirnos de cuanto nos rodea y centrarnos en la obra que tenemos entre manos. Tal vez arrellanados en un confortable sillón junto a la ventana, en un ambiente cálido y silencioso, en una tarde lluviosa.

En la primera fase, la visual, nos deleitamos con la viveza de las descripciones de ambientes y personajes, que la autora nos da a conocer desde un principio. Captamos ya, en ese primer encuentro, el brillo de su lenguaje; ágil, sereno, poderoso.
Pasamos a continuación a la fase olfativa e inhalamos los distintos aromas que emanan de la obra:

El primario; la historia de la familia Karol, una familia que no es sino la unión de los fragmentos que la componen: Bella Karol, de soltera Safronov, teme a la vejez más que a la propia muerte y busca detener el paso del tiempo buscándose amantes más jóvenes. Su marido, Boris, un judío “salido de la nada” (pág. 21) pero que es “quien alimenta y da techo” (pág. 22) a los padres de su mujer, finge no saber nada de los amores de su esposa y se refugia en el juego, ya el casino, ya la bolsa, y en la imperante necesidad de ganar dinero para satisfacer los caprichos de la madre de su hija. Esta, la pequeña Elena, observa con una mirada crítica e inteligente el mundo de los adultos, unos adultos mezquinos y egoístas que, en busca de su efímera felicidad, no dudan en destrozarle la infancia. Elena con una visión pesimista de la familia “En las familias solo hay codicia, mentiras e incomprensión mutua” (pág. 97) vuelca su amor, ese que no merecen sus padres, en su querida institutriz francesa, “no quería a nadie más en el mundo” (pág. 27).

Después viene el aroma secundario; con el que apreciar no solo la riqueza lingüística de la autora, sino también su habilidad narrativa. De la mano del narrador, acompañamos a la pequeña Elena en su recorrido físico desde su Ucrania natal hasta París, y en su recorrido  psíquico hacia la madurez y la venganza. A través de los pensamientos de los personajes que nos son mostrados, podemos juzgarlos y conocer mejor su psicología. Pero, sin duda, el personaje más logrado de todos es la pequeña protagonista, Elena, debido quizá a que no deja de ser el alter ego de la propia autora. Este aroma, nos deja también la fragancia de la buena literatura, esa escrita con el sentimiento, fraguada a base de emociones vividas y luego evocadas al pasar el tiempo, que nos golpea, hiere y despierta de nuestro letargo.
 Mención aparte merece el capítulo segundo de la primera parte. El juego de voces: pensamientos de la niña, la canción que entona en voz alta la propia niña, la discusión de los padres, las voces de la calle, que pone en movimiento la autora es, sin duda, uno de los momentos más logrados de toda la novela.

Llegamos al aroma terciario, con el cual comprobamos si la obra ha resistido bien el paso del tiempo. El veredicto es favorable. La novela, publicada en 1935, y que nos narra una historia acaecida durante la Primera Guerra Mundial, mantiene su vigencia, pues los conflictos humanos que subyacen son imperecederos.

Concluimos la cata con la fase gustativa. Una vez paladeado, apreciamos el dulce sabor de la venganza, la acidez del comportamiento de la protagonista con Max, el amante de su madre, y la amargura que nos produce conocer cuál fue el trágico destino de la autora.

Sin duda, un libro digno de los paladares más exigentes.

Reseña hecha por Rut

3 ene 2015

Reseña: Magisterium I - La prueba de hierro de Holly Black y Cassandra Clare



Siposis: 

La mayoría de los niños harían cualquier cosa para superar La Prueba de Hierro y entrar en la escuela de magia Magisterium. Callum Hunt no. Quiere suspenderla. Durante toda su vida, su padre le ha advertido que ni se acerque a la magia. Si lo admiten en el Magisterium, está seguro de que nada bueno le espera. Así que se esf uerza todo lo que puede en hacerlo mal. y hasta hacerlo mal le sale mal. Ahora le espera el Magisterium, un lugar que es a la vez sensacional y siniestro, con oscuras conexiones con su pasado y un retorcido camino hacia su futuro. La Prueba de Hierro acaba de comenzar, porque el mayor reto aún no ha llegado.

Reseña:  

El padre de Callum mola. No solo no se enfadará si su hijo no supera las pruebas para entrar en el Magisterium, la escuela de magia, sino que le anima a ello. A suspender. A hacerlo lo peor que pueda. Luego lo celebrarán tomando “una gran copa de helado (…) con dulce de leche, mantequilla de cacahuete y ositos de goma” (pág. 49)

Callum, como buen hijo, hará todo lo que está en su mano para agradar a su padre. No solo suspende todas las pruebas, sino que incluso será “el primer aspirante en la historia del Magisterium que va a conseguir una puntuación negativa” (pág.44)

Misión cumplida. Lo ha hecho tan mal que los magos no volverán a molestarle. Podrá volver a su vida de siempre. Esa en la que no tiene amigos. Esa en la que su cojera le impide realizar las actividades físicas (saltar, jugar al balón, correr…) que ve realizar a sus compañeros. Esa en la que acompaña a su padre a compra antigüedades.  No es lo que se dice una vida para echar de menos.

Pero Alastair no contaba con el maestro Rufus. A él no le engañan. Puede que los resultados del muchacho hayan sido catastróficos, pero la magia está en él y es necesario que sepa cómo controlarla porque “un mago sin entrenamiento suelto por ahí es como una falla en la tierra esperando a abrirse y matará a mucha gente además de a sí mismo” (pág. 54)

Así que, ante el estupor general y el monumental enfado de su padre, Callum es elegido para formar equipo junto a los dos alumnos que mejor lo han hecho en las pruebas, Aaron y Tamara.

Todo hay que decirlo, a Callum le pica la curiosidad. En el fondo, está contento de haber sido seleccionado. No acaba de entender por qué su padre le tiene tanta tirria a la magia y a los magos, por qué siempre decía que ir al Magisterium “era algo que no desearía ni a su peor enemigo” (pág. 49). No lo entiende porque su padre también fue mago, aunque hace ya mucho que dejo de usar la magia.

Es verdad que tampoco es que Alastair le haya contado muchas cosas a su hijo de aquellos tiempos. De cuando lucharon por última vez contra el Enemigo de la muerte. De cómo este no se presente en la batalla, sino que se dirigió al lugar donde estaban escondidos los más débiles, mujeres, niños y ancianos, y los masacró. Callum nunca supo que él fue el único superviviente de aquella masacre, que su pierna no se le “fastidió al nacer” (pág.65), sino que su cojera es, en realidad, una herida de guerra.

También ignora el mensaje escrito junto al cadáver de su madre; MATA AL NIÑO.

Quizá por todo eso Alastair no quiere que Callum vaya a la escuela de magia. Quizá ese sea el motivo por el que quiere que a su hijo le aten la magia…


Los paralelismos de este libro, el primero de una saga de cinco (uno por cada curso del Magisterium) con Harry Potter son más que evidentes: huérfano (aunque solo de madre); con un recuerdo de ese primer enfrentamiento con el mal (la cojera de Callum, la marca en la frente de Harry); único superviviente del enfrentamiento con el enemigo; no tendrá su primer contacto con la magia hasta los doce años, cuando es seleccionado para acudir al Magisterium; tiene o, mejor dicho, tendrá dos amigos, un chico y una chica (al igual que los mejores amigos de Harry eran Hermione y Ron)…

Es posible que existan muchos más paralelismos (de hecho, por lo que dicen, este libro surgió en principio como un fan fic de la famosa saga de Rowling), pero, para ser sinceros, nunca me leí Harry Potter. Bueno, no, miento. Intenté leerlo. Leí un par de capítulos del primer libro hasta que decidí que tenía demasiados lugares comunes como para llegar a interesarme. O puede que ya fuera demasiado mayor para su lectura.

Sin embargo, este libro, La prueba de hierro, me ha enganchado desde el primer momento. A mis años.
La decisión de leerlo, a pesar de estar dirigido a un público mucho más joven, la tomé porque he leído los libros de una de las autoras, Cassandra Clare, y tengo por mala costumbre leer todo lo que puedo de los autores que me gustan. Y comparar sus libros.

Así, es posible encontrar ciertas similitudes entre Magisterium y la famosa saga Cazadores de sombras: tanto la madre de Clary en Cazadores como el padre de Callum en Magisterium han tratado de mantener a sus hijos al margen del mundo al que pertenecen; Callum, al igual que Jace, no es precisamente un ejemplo de buen comportamiento, si uno se puede saltar las reglas ¿por qué no hacerlo?; ambos personajes coinciden también en las dudas que tienen acerca de su verdadera identidad; el Enemigo de la Muerte y su mentor recuerdan a Valentine y a su hijo; los caotizados humanos podrían evocar a los Oscurecidos; la noción de los contrapesos (“Todos los elementos tienen un contrapeso” pág. 93, “Soy un mago del caos. Necesito un contrapeso” pág.233) ¿podría tener similitudes con la idea de los parabatai?;  el final impactante que te deja con ganas de saber más y salir de dudas, ¿en serio…? , ¿es verdad que…?

Los posibles paralelismos nos llevan a pensar que quien escribió el mensaje en la pared de la cueva no fue la madre de Callum, ¿quién entonces? ¿Por qué y con qué fin lo escribió?

Leer un libro destinado a un público infantil-juvenil, y no pertenecer ya a esa franja de edad, te obliga a buscar algún tipo de justificación. He aquí lo que he encontrado:

En el libro se plantea el problema de la predestinación; ¿somos buenos o malos por naturaleza o podemos elegir? Callum se lo cuestionará cuando sepa quién es realmente “¿qué era un alma? No le decía a uno lo que debía hacer. Callum podía tomar sus propias decisiones” (Pág. 290)

Los acertijos que subyacen bajo las palabras de Warren. Un ejemplo es está conversación (pág 178) entre el elemental del fuego y los jóvenes protagonistas:
—¿Qué me darás a cambio del camino de vuelta?
—Tengo un poco de chicle y una goma de pelo
—Tengo algo de comida.
—Te puedes quedar mis cordones
—¡Todo! Lo tendré todo cuando lleguemos allí.

¿Qué se entiende en este diálogo por todo? Nos damos cuenta de que para los chicos todo es simplemente lo que le han ofrecido, para Warren el significado de la palabra es más amplio.
La profecía que les hace un Devorado (pág. 181), ¿cómo interpretarla? ¿en el sentido literal? ¿tiene una interpretación oculta que se nos escapa?

El nombre de cada uno de los cursos: de Hierro, de Cobre, de Bronce, de Plata y de Oro, aunque descolocados nos recuerdan a las edades de la historia (Edad de Bronce…)
Seguramente existan más interpretaciones, pues La prueba de Hierro no es un libro que se agoté en una primera lectura.

Solo una duda, ya para terminar, ¿cómo es que el llamado Enemigo de la Muerte se dedica a provocarla? No se entiende muy bien…

Reseña hecha por Rut